sábado, 25 de agosto de 2007

La Colina

En cuanto pase sobre esa colina podré ver mi destino, no he podido dejar de pensar en eso por semanas. Quiero ver terminada esta travesía y descansar en un lugar donde todo es perfecto, como lo tengo en mente, donde todo es familiar. Creo que puedo ver una columna de humo a lo lejos, quizá sea una fiesta de recepción, llevo tiempo deseando este momento.

La colina es sumamente empinada, por lo que debo inclinarme hacia adelante y luchar con todas mis fuerzas para escalarla y llegar al otro lado, quizá debí dar la vuelta, habría sido más fácil, aunque me tomaría más tiempo, no me arrepiento de la decisión que tomé, ya que llegaré más pronto a mi meta, me he esforzado mucho como para que algo pueda salir mal.

En mi mente veo mi pueblo, todo es tan pacífico, hay gente que me quiere y me espera con ansias, prometí por mucho tiempo que llegaría, me lo prometí a mi y lo prometí a más gente y, aunque me tomó más tiempo del que me habría gustado, por fin lograré lo que quería. Ya casi estoy en la cima, desde ahí podré ver mi destino y enfilarme hacia él a toda velocidad cuesta abajo.

Justo cuando llego a la cima siento como si mi corazón cayera a mis pies, lo que veo me conmociona, cierro los ojos, sacudo la cabeza, me froto los ojos con fuerza y los abro de nuevo. Logro convencerme de que es una ilusión causada por la gran distancia que me separa del pueblo y la falta de oxígeno por el esfuerzo recién hecho, por lo que corro lo más rápido que puedo hacia abajo, con deseos de llegar tan pronto como sea posible y olvidar aquella desoladora imagen.

Todos me están esperando, y en cuanto llegue celebraremos, nos quedaremos hasta el amanecer hablando, comentando lo que ha sido de nuestras vidas y recordando viejos tiempos; como si fuera la primera vez que tenemos esa conversación y fuera nuestra última oportunidad de convivir. Ya puedo imaginar todo lo que pasará en cuanto llegue, y quiero que sea pronto, porque no puedo sacar de mi mente lo que por un momento me pareció ver.

Estoy corriendo tan rápido que no veo la piedra que se atraviesa en mi camino, mi pie tropieza y no alcanzo a meter las manos, por lo que la mayor parte del impacto lo recibo en la cara, pero todo el cuerpo sufre, ya que ruedo hacia abajo. Me detengo cuando caigo en una zanja llena de agua lodosa, al momento de levantarme, tengo la vista nublada por el lodo y el agua, lo que me impide fijar la mirada en mi destino. Me siento afortunado de no ver, ya que no soportaría la misma visión de nuevo.

Trastabillo un poco, me detengo a limpiarme los ojos y sigo corriendo sin ver hacia adelante, lo que quiero es llegar y acabar con este sufrimiento, me espera un gran momento, una gran recepción… no puedo sacar de mi mente lo que vi estando en la cima de la colina, pero intento pensar en otra cosa, porque temo perder la razón. Sigo corriendo con los ojos cerrados, sintiendo el viento, oyéndolo aullar, como si me rogara que pare y dé media vuelta.

Predeciblemente, tropiezo de nuevo, siento un intenso dolor en las costillas y en el brazo derecho, sin contar el dolor que siento en el orgullo, seguramente se burlaran de mi cuando me vean en el estado que estoy, pero eso es lo que menos me importa, lo que más temo es que cuando llegue mi visión se haga real, no podría soportar el llegar y ver que…

No puedo soportar más, rompo a llorar, asegurándome de no voltear hacia allá, aún queda algo de esperanza de que todo haya sido una ilusión, doy la espalda a mi destino, caigo rendido sobre mis rodillas y reconozco ante mi mismo que no puedo más. Sin embargo, el orgullo me obliga a ponerme de pie y terminar el camino que hace tanto empecé, con ánimo renovado y seguro de que todo saldrá como lo quería.

Cuando empiezo a sentir el empedrado bajo mis pies, sé que lo he logrado, llegué a donde quería, pero no escucho a nadie recibiéndome y siento una extraña sensación de vacío, abro los ojos y veo que aquel lugar al que tanto anhelaba llegar está completamente derruido y en llamas, humeando en mi cara, como si quisiera hacerme llorar… Vaya bienvenida.